Hay un marcador sustituto de la resistencia a la insulina, llamado IGFBP-1. Es un análisis de sangre. Esta prueba se hace en un laboratorio especializado y toma varias semanas para que los resultados lleguen. La extracción de sangre se realiza en el lugar habitual (por ejemplo, en el hospital local), pero luego la muestra se envía a un laboratorio especializado. Se trata de una prueba relativamente no invasiva. Puedes poner la crema EMLA en la parte interior del codo de un niño y no habrá dolor para la extracción de sangre.
Un individuo con resistencia a la insulina puede hacer esta prueba entre una y cuatro veces al año, para seguir el progreso (o la falta del mismo). Cuanto más bajo sea el resultado, más resistente a la insulina será. Por ejemplo, mi hijo, al que se le ha diagnosticado resistencia a la insulina, ha variado entre 4 y 20 (se me olvida cuáles son las unidades). Cuando estaba en 4, veíamos más síntomas y un IMC más alto para la edad. Cuando tenía 16 años las cosas mejoraron. A los 20, mejor aún. Me temo que no estoy seguro de qué rango se considera normal - pero recuerdo vagamente que a partir de los 20 años era bueno.
Hay varios artículos sobre esto. Aquí hay uno: Maclaren NK, Gujral S, Ten S & Motagheti R. Obesidad infantil y resistencia a la insulina. Bioquímica celular y biofísica 2007 ;48:73-78.