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¿Puede la harina refinada ser adictiva?

¿Existe alguna literatura científica que investigue la adicción física y psicológica a la harina blanca de trigo?

Algunos estudios, como este hablan de este tema pero no estoy bien informado e interesado en saber más por las voces de los expertos.

Respuestas (1)

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2015-06-03 17:01:44 +0000

La mayoría de los estudios estudian la adicción a los alimentos en su conjunto, porque la mayoría de los mecanismos bioquímicos de la adicción a los alimentos son similares para los consumos de azúcar, harina refinada, grasas, cafeína y otras sustancias. También se ha estudiado la adicción en relación con el hábito de la gente de comer alimentos preparados con una combinación de ingredientes, como donas o papas fritas, no con ingredientes separados. Hay muchos estudios que abordan el tema del consumo excesivo de alimentos como una verdadera adicción, similar a la causada por drogas como la cocaína, la heroína, el alcohol y el tabaco (Blumenthal & Gold, 2010; Moreno & Tandon, 2011).

El Dr. Ifland identifica los productos refinados (edulcorantes, carbohidratos, grasas, sal y cafeína) como las sustancias que tienen mayor potencial para causar adicción. Nuestro cuerpo está programado para reconocer los azúcares y las sustancias grasas como fundamentales para la vida y la salud: son reservas de energía y nos dirigen hacia el consumo de fruta, rica en fibra, vitaminas y minerales. Con el refinamiento de los alimentos tenemos una concentración exagerada de azúcares y grasas, y esto interrumpe nuestra adaptación evolutiva (Ifland et al., 2009).

En la explicación de los mecanismos de la adicción, hay al menos tres factores que contribuyen al consumo excesivo de alimentos. En el caso del azúcar y la harina refinada, parte de la explicación pasa por el concepto de índice glucémico: los alimentos con alto índice glucémico - y carga - causan un aumento del azúcar en la sangre, lo que lleva a un aumento de la insulinemia y la consiguiente hipoglucemia que se siente como hambre (Lennerz et al., 2013; Ludwig, 2002). Otras explicaciones se basan en la producción de opiáceos endógenos causados por azúcares que luego actuarían como estimulantes (Drewnowski, Krahn, Demitrack, Nairn, & Gosnell, 1992, 1995), y la menor eficiencia de los receptores de dopamina , lo que llevaría a un mayor consumo de alimentos para lograr la misma satisfacción (Wang et al., 2001; Wang, Volkow, Thanos, & Fowler, 2004). Por último, una interpretación final se refiere al hecho de que un alto consumo de carbohidratos conduce a un aumento de los niveles de serotonina , que se percibe como una sensación agradable (Wurtman, 1988).

Referencias

Blumenthal, D. M., & Gold, M. S. (2010). Neurobiología de la adicción a la comida. Current Opinion in Clinical Nutrition and Metabolic Care, 13(4), 359-65. doi:10.1097/MCO.0b013e32833ad4d4

Drewnowski, A., Krahn, D., Demitrack, M., Nairn, K., & Gosnell, B. (1992). Taste responses and preferences for sweet high-fat foods: Evidencia de la participación de los opiáceos. Physiology & Behavior, 51(2), 371-379. doi:10.1016/0031-9384(92)90155-U

Drewnowski, A., Krahn, D., Demitrack, M., Nairn, K., & Gosnell, B. (1995). La naloxona, un bloqueador de opiáceos, reduce el consumo de alimentos dulces con alto contenido de grasas en mujeres obesas y magras que comen compulsivamente. Am J Clin Nutr, 61(6), 1206-1212. Obtenido de http://ajcn.nutrition.org/content/61/6/1206.short

Ifland, J. R., Preuss, H. G., Marcus, M. T., Rourke, K. M., Taylor, W. C., Burau, K., … Manso, G. (2009). Adicción a los alimentos refinados: un clásico trastorno de uso de sustancias. Medical Hypotheses, 72(5), 518-26. doi:10.1016/j.mehy.2008.11.035

Lennerz, B. S., Alsop, D. C., Holsen, L. M., Stern, E., Rojas, R., Ebbeling, C. B., … Ludwig, D. S. (2013). Efectos del índice glucémico de la dieta en las regiones del cerebro relacionadas con la recompensa y el deseo en los hombres. The American Journal of Clinical Nutrition, 98(3), 641-7. doi:10.3945/ajcn.113.064113

Ludwig, D. S. (2002). The Glycemic Index. JAMA, 287(18), 2414. doi:10.1001/jama.287.18.2414

Moreno, C., & Tandon, R. (2011). ¿Debe clasificarse la sobrealimentación y la obesidad como un trastorno adictivo en el DSM-5? Diseño Farmacéutico Actual, 17(12), 1128-31. Obtenido de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21492085

Wang, G.-J., Volkow, N. D., Logan, J., Pappas, N. R., Wong, C. T., Zhu, W., … Fowler, J. S. (2001). Brain dopamine and obesity. The Lancet, 357(9253), 354-357. doi:10.1016/S0140-6736(00)03643-6

Wang, G.-J., Volkow, N. D., Thanos, P. K., & Fowler, J. S. (2004). Similaridad entre la obesidad y la drogadicción evaluada por la imagen neurofuncional: una revisión de conceptos. Journal of Addictive Diseases, 23(3), 39-53. doi:10.1300/J069v23n03_04

Wurtman, J. J. (1988). Antojo de carbohidratos, cambios de humor y obesidad. The Journal of Clinical Psychiatry, 49 Suppl, 37-9. Obtenido de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/3045110