Una revisión sistemática (1) realizada en 2003 examinó la eficacia de varias terapias complementarias y alternativas (incluidas las duchas vaginales con bicarbonato sódico) para la vaginitis por hongos y la vaginosis bacteriana
Aquí un extracto de su resumen:
Las incoherencias en la definición de vaginitis, el tipo de intervención, los grupos de control y los resultados impidieron la realización de un metanálisis, y la escasez de estudios de alta calidad hizo que la clasificación mediante escalas basadas en la evidencia no fuera adecuada. La recolonización con Lactobacillus (a través de yogur o cápsulas) es prometedora para el tratamiento de la vaginitis por hongos y la vaginosis bacteriana con poco potencial de daño. El ácido bórico puede recomendarse a las mujeres con infecciones vulvovaginales recurrentes por Candida que son resistentes a los tratamientos convencionales, pero ocasionalmente puede causar ardor vaginal. Debido a los riesgos asociados y a la ausencia de beneficios clínicos bien documentados, las duchas vaginales siguen siendo una práctica que no debe recomendarse para el tratamiento de la vaginitis. Por último, el aceite del árbol del té y el ajo muestran cierto potencial in vitro para el tratamiento de la vaginitis, pero la falta de estudios in vivo impide que se recomienden a las pacientes por el momento.
El segundo (2) se llevó a cabo en 2009 y examinó la eficacia de los probióticos (incluidos los lactobacilos) para la prevención o el tratamiento de tres infecciones urogenitales principales: la vaginosis bacteriana, la candidiasis vulvovaginal y la infección del tracto urinario.
Aquí la conclusión:
En general, los lactobacilos fueron beneficiosos para el tratamiento de pacientes con vaginosis bacteriana. No se observó ningún beneficio claro en la candidiasis o la infección del tracto urinario. Los estudios fueron heterogéneos, y algunos se vieron limitados por el pequeño tamaño de la población. En conclusión, el uso de ciertas cepas de lactobacilos como L. rhamnosus GR-1 y L. reuteri para la prevención y el tratamiento de la infección urogenital recurrente es prometedor, especialmente para la vaginosis bacteriana recurrente
**En resumen, los datos sugieren que los probióticos (yogures con lacotbacilos) podrían ser útiles, pero se necesitan estudios más amplios. En cuanto a las duchas vaginales con bicarbonato de sodio (es decir, bicarbonato de sodio) o el uso de peróxido de hidrógeno, la evidencia es escasa y su uso no se recomienda actualmente.
Aquí el resumen de las recomendaciones en UpToDate (un recurso para los profesionales de la salud)
*No hay pruebas de ensayos aleatorios de que el ajo, el aceite del árbol del té, el yogur (u otros productos que contengan especies vivas de Lactobacillus) o las duchas vaginales sean eficaces para el tratamiento o la prevención de la candidiasis vulvovaginal por Candida albicans. *
Como nota al margen, aquí una extensa revisión sobre el uso sobre el riesgo de los beneficios de las duchas vaginales para la salud de las mujeres. Martino JL, Vermund SH. Duchas vaginales: evidencia de riesgos o beneficios para la salud de la mujer. Revisiones epidemiológicas. 2002;24(2):109-124.
Fuentes:
(1) Van Kessel et al.Common complementary and alternative therapies for yeast vaginitis and bacterial vaginosis: a systematic review. Obstet Gynecol Surv. 2003 May;58(5):351-8.
(2) Abad et al. The role of lactobacillus probiotics in the treatment or prevention of urogenital infections–a systematic review. J Chemother. 2009 Jun;21(3):243-52.
Sobel. Candida vulvovaginitis. Uptodate.com. Agosto 2016