Las manos juegan un papel importante especialmente en la transmisión de los virus de la sangre, fecales y del tracto respiratorio.
El lavado de manos después del uso del baño tiene como objetivo prevenir la transmisión de patógenos, que dependen de la transmisión fecal-oral, como el rotavirus, norovirus, enterovirus en algunos casos el virus de la hepatitis A (1). Evita que esos patógenos lleguen a la cocina, por ejemplo, donde podría conducir a una ingestión posterior.
Recientemente una revisión sistemática (2) identificó un total de 2881 publicaciones únicas que abordan esta cuestión.
Curiosamente, este estudio encontró una prevalencia variable de lavado de manos después del contacto con extreta:
Estimamos que el 19% de las personas en todo el mundo se lavan las manos con jabón después del contacto con excrementos. La prevalencia media regional del lavado de manos con jabón oscila entre el 13% y el 17% en las regiones de ingresos bajos y medios, y entre el 42% y el 49% en las regiones de ingresos altos
Sin embargo, los autores informaron de una reducción del 40% del riesgo de diarrea por la promoción del lavado de manos con jabón (RR 0. 60, 95% CI 0,53-0,68), lo que sugiere que el lavado de manos repercute en la transmisión fecal oral y reduce el riesgo de diarrea.
Fuentes:
Kampf G, Kramer A. Epidemiologic Background of Hand Hygiene and Evaluation of the Most Important Agents for Scrubs and Rubs. Revisiones de Microbiología Clínica. 2004;17(4):863-893.
Revisión sistemática de Freeman y otros: Higiene y salud: revisión sistemática de las prácticas de lavado de manos en todo el mundo y actualización de los efectos sobre la salud. Medicina tropical y salud internacional. Volumen 19, número 8. Agosto de 2014. Páginas 906-916