¿Pueden los ataques epilépticos convertirse en una amenaza para la vida?
¿Existe alguna posibilidad de que un ataque epiléptico se convierta en una amenaza para la vida o mortal si no se toman los cuidados adecuados?
¿Existe alguna posibilidad de que un ataque epiléptico se convierta en una amenaza para la vida o mortal si no se toman los cuidados adecuados?
Sí. La mayoría de los ataques son breves, y se resuelven espontáneamente en 1 ó 2 minutos.1 Rara vez son fatales. Por otro lado, el status epilepticus no se asocia con poca frecuencia a la muerte. El estado epiléptico (a veces denominado en forma abreviada simplemente estado) sólo significa un ataque prolongado que dura por lo menos 30 minutos. También puede referirse a una situación que técnicamente son múltiples convulsiones consecutivas, pero sin un retorno completo a la línea de base entre ellas. En un examen reciente del status epilepticus se citó la estadística ](http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25908090):
La mortalidad general asociada al status epilepticus se aproxima al 20%, y el status epilepticus convulsivo generalizado representa alrededor del 45-74% de todos los casos.
Sin embargo, desde hace tiempo se reconoce que es muy difícil saber si la convulsión en sí o el factor que la provocó es realmente responsable de la muerte.2 El predictor más fuerte de muerte por estado es la causa subyacente. Por ejemplo, en el estado atribuible a la hipoxia, la muerte se produce más del 50% de las veces.1 Ello se debe a que es probable que una convulsión sea provocada sólo por un estado bastante grave de hipoxia, ya sea porque no responde a las intervenciones máximas o porque se produce en un entorno en el que dichas intervenciones no están disponibles o no son deseadas.
En la medida en que la muerte es directamente atribuible a la convulsión, generalmente se debe a lo que los médicos suelen referir como “incapacidad para proteger las vías respiratorias”. Las personas normales y conscientes tienen reflejos que “protegen” las vías respiratorias a nivel de la orofaringe para evitar la aspiración. Las personas que tienen un ataque generalizado carecen de tales reflejos y pueden aspirar por sus propias secreciones orales causando una insuficiencia respiratoria hipoxémica.
Referencias