Esta parece ser una pregunta de sentido común (¿por qué no duermes en el suelo cuando hay un sofá disponible, y por qué no duermes en un sofá cuando hay una cama cómoda disponible?), y resulta que lo es.
Según un pequeño estudio realizado recientemente en un laboratorio de sueño,
La información relativa a las etapas del sueño es una de las pistas más importantes para determinar la calidad de un colchón en particular. El objetivo de este estudio era determinar los efectos del tipo de colchón en la calidad del sueño mediante la medición de la temperatura de la piel, el uso de un sistema de clasificación subjetiva del colchón y el uso del Polisomnograma (el registro de las ondas cerebrales a través de la electroencefalografía, la generación de un registro videográfico del movimiento de los ojos, los movimientos de la barbilla y el ritmo cardíaco). …Los porcentajes de despertar después del inicio del sueño y de la etapa 1 de sueño eran menores cuando los sujetos dormían en colchones “cómodos”. Las clasificaciones subjetivas de la calidad del sueño fueron paralelas a los datos registrados del sueño.
“Cómodo” es la palabra clave aquí. El grado de comodidad de un colchón depende de las preferencias personales, la posición del sueño (personas que duermen de lado vs. espalda/estómago), la presencia/ausencia de dolor lumbar, las propiedades de retención de calor del colchón/cama, etc.
Aunque esto parecería ser un área importante de estudio, ha habido muy poco en el camino de los estudios recientes bien desarrollados.
La mayoría de los estudios recientes sobre los tipos de colchón se refieren a la prevención del SMSL.
Efectos cuantitativos de los tipos de colchón (cómodo vs. incómodo) en la calidad del sueño a través de la polisomnografía y la temperatura de la piel