¿Por qué la viruela no desarrolló resistencia a su vacuna?

Para responder a esta pregunta, primero podría ser útil hablar sobre cómo funciona realmente una vacuna: básicamente, mediante la introducción de versiones muertas o relativamente inofensivas (atenuadas) de un virus o una bacteria (o más recientemente, partículas sintéticas parecidas a un virus con la intención de imitar el exterior de un virus), se induce una reacción del sistema inmunológico para defenderse.

Como su sistema inmunológico recuerda los patógenos que ha encontrado antes, basado generalmente en una proteína encontrada en el exterior del virus o bacteria (un antígeno), cuando se encuentra con el verdadero, puede defenderse.

Lo que significa que la capacidad de que una vacuna funcione depende enteramente de la capacidad de su cuerpo para reconocer la vacuna que se le dio y el patógeno que encuentra como “el mismo”.

Esto, a su vez, es una función de la rapidez con la que el virus evoluciona. Algunos virus, como el de la gripe, tienen genomas que son muy propicios para el intercambio entre cepas. Esto se conoce como cambio antigénico . Otros virus, como el VIH , tienen una evolución relativamente rápida provocada por métodos de copia de sus genomas que son “descuidados” o propensos a errores. Esto se llama a veces deriva antigénica (la gripe también lo hace).

Ambos mecanismos hacen probable que, con el tiempo, la diferencia entre la vacuna y el virus sea tal que el cuerpo ya no reconozca a uno como el otro.

En contraste con los virus de ARN como el VIH y la gripe, los virus que tienen sus genomas almacenados como ADN de doble cadena, como la viruela, tienen tasas de error mucho menores, lo que significa que la deriva antigénica es menos problemática, y no es propensa a la deriva antigénica. Esto significa que una vacuna desarrollada contra ella no se hizo ineficaz por la evolución del virus de tal manera que no provocó una respuesta inmune (conocida como escape antigénico).

Esta estabilidad hizo de la viruela un excelente blanco para una vacuna, y la falta de estabilidad es la razón por la que desarrollar una vacuna duradera contra la gripe y el VIH es tan difícil.