El problema es que hay demasiadas incógnitas. En primer lugar, la velocidad de coagulación varía de persona a persona. Hay pruebas de laboratorio que miden el tiempo de coagulación (por ejemplo, INR), especialmente útiles cuando un paciente toma anticoagulantes. Un encuestado mencionó la ausencia de anticoagulantes, pero los anticoagulantes incluyen sustancias no prescritas específicamente para reducir la coagulación, como suplementos e incluso alimentos que reducen la coagulación. Además, hay factores genéticos (por ejemplo, el factor VIII y otros) que modulan el tiempo de coagulación, y que actúan independientemente de la intervención médica, de los medicamentos prescritos o de cualquier cosa que se consuma. La edad es otra faceta del proceso de coagulación, ya que los lactantes no suelen coagular rápidamente. Si a este hecho se le suma la menor cantidad de sangre en el cuerpo de un bebé, tiene sentido el hecho de que algunos bebés mueran realmente por hemorragias relacionadas con la circuncisión. Un bebé puede retener su pene después de la circuncisión pero aún así morir por la pérdida de sangre relacionada con la operación.
Además, el pene es diferente a otros apéndices y extremidades. Además de la diferencia en la composición del tejido (músculo liso vs. músculo esquelético en otro lugar), las arterias del pene se dilatan más que las arterias en otro lugar y las venas se estrechan más que las venas en otro lugar (asumiendo que uno tiene generalmente vasos sanguíneos saludables antes de la lesión). La elasticidad única de los vasos sanguíneos del pene significa que una lesión traumática como la amputación del pene tiene más probabilidades de sangrar continuamente que muchas otras amputaciones cuando se tiene en cuenta el área relativa del tejido amputado y los vasos sanguíneos cortados. Aparte de las arterias femorales o carótidas, que debido a su ubicación única tienen más probabilidades de causar la muerte por disección que por seccionamiento de otras arterias, el pene también es único en el sentido de que las arterias tanto internas como las que conducen a él no siempre se cierran, sino que a veces permanecen dilatadas incluso después de una lesión de seccionamiento.
Uno de los mayores factores de supervivencia (un factor algo controlable) en este caso es el tiempo. Cuanto más tiempo transcurra después de la amputación sin una intervención médica posterior, más probable será la muerte.
La muerte por amputación de pene puede surgir no sólo por la pérdida de sangre sino también por cuestiones relacionadas como el estrés y el dolor general. Las hormonas del estrés y una cascada química inflamatoria después de una lesión tan traumática pueden abrumar el corazón.