Respuesta corta : Cuando se trata de una insuficiencia cardíaca, el enfoque clave es aumentar el volumen de la apoplejía. Para hacer esto no sólo disminuimos la postcarga sino que también disminuimos la precarga y a veces aumentamos la contractilidad.
Respuesta larga
Así que la insuficiencia cardíaca se trata de gasto cardíaco (CO) y CO = volumen de la apoplejía (SV)* frecuencia cardíaca (HR). El problema clave en la insuficiencia cardíaca es la disminución del volumen de la apoplejía, es decir, la cantidad de sangre que es expulsada del corazón en cada latido. El RH puede ser a veces relevante pero centrémonos en el SV por ahora.
El SV viene dictado principalmente por tres factores: la postcarga, la precarga y la contractilidad. El mecanismo de Frank-Starling regula la relación entre estos factores.
Hay una relación inversa entre la postcarga, la presión que el ventrículo izquierdo tiene que superar para expulsar la sangre, y el volumen de la apoplejía que está representado por la curva fuerza/tensión. Así que en el caso de la insuficiencia cardíaca y la hipertensión, la reducción de la postcarga es clave.
Sin embargo, existe una relación más compleja entre la precarga y el volumen de la apoplejía. El volumen de la apoplejía aumenta con el incremento de la precarga hasta un cierto umbral donde la precarga hace que los sarcómeros de los músculos cardíacos se ensanchen. En este punto, el aumento de la precarga disminuye el volumen de la apoplejía aún más. Esto se conoce a veces como el mecanismo del estornino (ver fig. 1). En el escenario de sobrecarga de fluidos, como vemos en la insuficiencia cardíaca, la sangre se acumula en el flujo sanguíneo pulmonar, lo que provoca un aumento de la precarga hasta el punto en que es tan alta que disminuye el volumen de la apoplejía. Aquí es donde la disminución de la precarga es útil para aumentar el volumen de la apoplejía.
Figura 2 El mecanismo de Starling (observe que el volumen diastólico final del ventrículo es
La relación entre la precarga y el volumen de la apoplejía está aún más determinada por la contractilidad del corazón. Un aumento de la contractilidad conlleva un mayor aumento del volumen de la apoplejía con cada unidad de precarga (véase la figura 2). En la insuficiencia cardíaca, la contractilidad suele disminuir, lo que lleva a un menor volumen de infarto en relación con la precarga. A veces, especialmente en un entorno de cuidados intensivos, la contractilidad aumenta al administrar medicamentos inotrópicos.
Figura 3 (LV EDP: Volumen ventricular final diastólico izquierdo (es decir, precarga))
Así que cuando tratamos la insuficiencia cardíaca podemos manipular todos esos factores para aliviar el problema clave de un bajo volumen de apoplejía.